Los mensajeros de la oscuridad (The Instruments of Darkness) es la novela número 22 (o 23 para los tiquismiquis) de la serie protagonizada por Charlie Parker, antihéroe creado por el escritor irlandés John Connolly, y puedo decir que posiblemente sea la mejor entrega de toda la saga, poca broma.
EL RENACIMIENTO DEL AVE FÉNIX
Voy a hablar como lo que soy: un ferviente integrante de la congregación que venera la obra de Connolly, esto viene al caso por si el lector de esta reseña le suena a chino lo escrito. Cuando nos encontramos con una serie literaria la pregunta es obligatoria: ¿es necesario empezar por la primera novela? Pues según en qué casos sí y en otros no es necesario. En esta saga que aquí nos trae el protagonista acarrea con un peso muy doloroso a sus espaldas y que le resuena en cada aventura. El autor (normalmente) hace cuatro incisos en la historia pasada para refrescar la memoria al lector y (a su vez) mostrar varios detalles para situar al “nuevo cliente”, por lo que para todos es sabida la muerte de la mujer e hija de Parker tras ser descuartizadas veintitrés novelas atrás.
Este inicio me vale para justificar la necesidad de haber leído las anteriores novelas, de hecho podría decir que tampoco sería necesario haberlas leído por orden, lo importante es el qué y ese qué es la evolución de mi querido Charlie Parker.
Aquí, en Los mensajeros de las oscuridad, una médium le da la mano a nuestro detective y esta, con ese contacto físico, percibe la muerte. ESO, ESO lo necesitas comprender y (claro que sí) disfrutar.
SABINE DREW
Aquí al aparato andaba un desanimado que ha visto renacer su esperanza en cuanto a esta serie literaria. Multitud de voces pedían —clamaban— la muerte de un cabizbajo Parker. Las entregas se contaban como el día de la marmota: investigación medio policial y final de la novela con fuegos artificiales (con Angel y Louis de por medio, ya me entenderéis), de hecho hasta el propio John Connolly, en el apartado de agradecimientos, se defiende de las críticas de hasta sus propios compañeros de oficio que señalan que al irlandés se le caen las novelas de los bolsillos, vamos que se las tiene que sacar de encima.
Pues perdonadme, pero lo que se ha sacado es otra cosa: el mundo sobrenatural ha vuelto a nuestras vidas lectoras con una fuerza brutal, el papel de Sabine Drew (médium) me ha flipado, ay ay Sabine, sin conocerte cuánto te había echado de menos. No solo ha sido a mí al que le has devuelto la vida, también a Charlie Parker. Un nuevo personaje de peso puede pasar desapercibido, criticado, lanzado al cubo de la basura por parte del lector por lo que convierte en un arriesgado movimiento por parte de un escritor, pero el aura que desprende John Connolly en su narrativa y en su guion literario, afirmo Sabine es la razón por la que muchos esperábamos un cambio de rumbo, un volver a creer en aquello que nos maravilló.
El don del señor Connolly es envidiable, en Los mensajeros de la oscuridad se saca de la manga personajes secundarios apoteósicos y con ellos unas intra historias para el recuerdo. Este es uno de los grandes avales de la escritura del dublinés, podría echar para atrás cualquier cronovisor de cualquier personaje y relatar hasta sus primeros lloros al nacer, y que ello te parezca interesante. El talento se tiene.
LOS MENSAJEROS DE LA OSCURIDAD
El pequeño Henry Clark ha desaparecido una noche mientras su atormentada madre dormía la mona. El padre, Stephen Clark (hombre de negocios que vive más fuera que dentro de casa), acude a casa tras la alarma y encuentra una manta empapada de sangre de Henry en el maletero del coche de su madre Colleen. Este acusa a su esposa de haber asesinado al pequeño.
Colleen acude a uno de nuestros viejos conocidos Moxie Castin, abogado y persona cercana a Charlie Parker. La acusada necesita de la ayuda de Parker para desembarazarse de la acusación de asesinato. Colleen jura no saber nada de la noche fatídica.
Una vez hechas las presentaciones y haber abierto un oscuro caso, John Connolly inicia el relato de una historia exuberante. En ella volvemos a los bosques taciturnos del condado de Maine y en ellos conoceremos a perfiles criminales perversos donde las armas, la violencia y el racismo se erigen como los temas y problemas sociales con los que nuestros chicos deberán luchar. Digo “nuestros” porque Parker jamás estará solo, junto a él disfrutaremos una vez más de los Fulci y de Ángel y Louis (alabados seáis).
Frecuentamos, cómo no, el Great Lost Bear y desde ese idílico y sagrado pub para nosotros los lectores de esta serie, Charlie Parker emprenderá una cruzada rebosante de esos tintes sobrenaturales que tanto nos gustan. Porque John Connolly maneja como nadie esa atmósfera, haciendo desaparecer esa frontera entre los vivos y los muertos tan sutilmente que ambas dimensiones parecen fusionarse.
LA MEJOR NOVELA DE LA SERIE
Bajo mi humilde opinión esta es la mejor obra de las veintitrés que componen la saga, la he disfrutado página a página convirtiéndose en una de las mejores lecturas del año por mi parte. John Connolly ha vuelto a los orígenes demostrando que Charlie Parker está más vivo que nunca. Bueno…, ¿porque está vivo o es un ángel caído?