Minnesota se convierte en el epicentro del thriller policiaco gracias al talento narrativo del autor noruego Jo Nesbø. El prolífico escritor se saca de la manga una historia trepidante de esas que no puedes dejar de leer hasta la última página.
MINNESOTA
Nesbø cruza el charco pero lo hace sin dejar atrás sus orígenes: la cultura y personajes con raíces escandinavas. Bob Oz es el nuevo protagonista atormentado del noruego. Bob es un policía del departamento de Homicidios de la Policía de Minnesota y como no podía ser de otra manera lleva a cuestas una losa del pasado que le aplasta sin cesar. El alcohol y la melancolía se suman al dolor de la pérdida para dejar como resultado a un hombre consumido al que solo le mantiene en pie su vena policial.
Un hombre ha resultado herido de muerte, un francotirador con el pulso agitado le ha dado casi el tiro de gracia. Ese es el inicio de una carrera a contrarreloj a la caza de un hipotético asesino en serie.
Bob Oz no está solo en su acometido, dentro del departamento policial encuentra tanto manos tendidas como guantes negros que harán todo lo posible para truncar sus planes resolutivos.
LA LACRA DE LAS ARMAS EN EEUU
Jo Nesbø aprovecha la ocasión para mostrar el sempiterno debate de las armas en la sociedad norteamericana. El índice de muerte a causa del manejo de las armas es vergonzosamente muy elevado. El estado de Minnesota no es una excepción y los conflictos entre bandas callejeras acrecenta el problema social por el que sufren sus conciudadanos. Un gobierno de derechas pro Trump no es, ni mucho menos, una solución. Si al problema armamentístico le añadimos el racial (con el recuerdo del asesinato de George Floyd a manos de la policía muy latente en la lectura) nos quedamos con una lectura poco amable y menos esperanzadora.
Minnesota es también una historia de duelo, de amor y desamor. Una lectura plagada de engaños con un ritmo trepidante entre partidos de los Vikings (NFL) y los Timberwolves (NBA).
Alejado a mucha distancia del noir (y del añorado Harry Hole), Jo Nesbø se sube al vagón del thriller mas adictivo para hacer de las delicias de los amantes del género. Como apunte, y sin ningún ánimo de hacer spolier, en ciertas ocasiones hay un salto en el tiempo de seis años para ofrecernos la visión de un personaje tan cercano como alejado de la historia.
