Harry Crews (Bacon, Georgia, 1935 – 2012) publicó a la edad de treinta y nueve años La maldición gitana (The Gypsy’s Curse), esta es la gran historia de uno de sus personajes literarios favoritos de propia creación: Marvin Molar.
Cuando nos sumergimos en el surrealismo de Crews, nos embriagamos (de manera perpetua) en una atmósfera deprimente donde solo pueden coexistir los frikis.
LA MALDICIÓN GITANA
En esta ocasión nos encontramos a Marvin Molar: un sordomudo con las piernas flácidas y diminutas; de (gran) cabeza cuadrada y con brazos de cincuenta y seis centímetros de diámetro, Molar se gana la vida haciendo equilibrismos, sosteniéndose sobre un solo dedo de una mano.
Con la edad de tres años fue abandonado (debido a sus deformidades) por sus padres en las puertas del gimnasio de Al Molarski, otro soberbio personaje. Esta fue la nota que acompañaba al pequeño:
«SOMOS DE TU GENTE NORMAL Y NO PODEMOS SUPORTARLO. NO PUDEMOS SUPORTARLO Y PUNTO. SEAS QUIEN SEAS, TE ESTAREMOS MUY AGARDECIDOS SI CUIDAS DE ESTO EN BEZ DE NOSOTROS PORQUE NOSOTROS YA NO PUDEMOS SUPORTARLO MÁS.
GRACIAS,
LOS SUYOS
PD. NO POEDE HABLAR»
La vida de Marvin transcurre en un lugar donde el lenguaje de signos es vital. Intentar visualizar ese extraño escenario no es más que un exigente ejercicio para el lector; sin embargo, el escritor lo refleja con una naturalidad abrumadora. Molar, además, tiene que andar haciendo el pino, restregando su culo en la barbilla de los demás.
Pero Marvin no está solo, tiene novia y se llama Hester, una preciosa mujer de piernas perfectas que le lleva por la senda de la locura. Ella (cómo no) también cuenta en su vida con un horrendo (e interesantísimo literariamente hablando) pasado que le marca el porvenir.
Los mundos de Harry Crews están escritos para ser leídos. En esos lugares caminamos por la senda de lo absurdo y de la violencia, siempre deleitándonos de una prosa tenaz y exquisita. Crews hace con el lector lo que le viene en gana, sea cual sea el escenario al que nos invite. En ellos predomina, de una manera muy palpable, tanto el humor más incongruente como el juicio del ser humano sobre los cánones de cómo somos y cómo debemos ser.
El escritor sureño es autor de (entre otras novelas) Desnudo en Garden Hills, Festín de serpientes, El cantante de góspel, Coche, El amante de las cicatrices…
La maldición gitana es la publicación número ocho de la editorial Dirty Works. No se me ocurre otro lugar mejor donde pueda residir la obra de Crews, y nadie mejor que Javier Lucini para traernos su traducción.