Cauterio (Lucía Lijtmaer, Anagrama, Barcelona, 2022) narra la historia de dos mujeres que viven en dos épocas distintas. Una en el siglo XVII y la otra en nuestros días. A pesar de la distancia temporal que las separa, ambas comparten un camino. Partir del hogar para embarcarse hacia lo desconocido. Lijtmaer las retrata con el mismo cromatismo emocional, lo cual logra que las dos mujeres sean un espejo de la otra.
DOS MUJERES Y UN DESTINO
Los viajes nos transforman. Nos atraviesan. Nos ponen a prueba. En la obra hallamos idas y venidas geográficas y temporales. Presenciamos cambios. En este proceso se lanza la mirada sobre las dos protagonistas. Cada una alberga las vicisitudes de ser mujer en distintos marcos históricos. El retrato social que se perfila en el pasado y en el presente nos invita a reflexionar sobre las imposiciones sociales hacia la mujer y sus aspiraciones como personas. Con un relato fragmentario, se ahonda en el antes y el ahora de los personajes. La prosa de la autora, por su parte, engancha, conmueve y marca un pulso narrativo que no decae en ningún momento.
DEBORAH MOODY
Deborah Moody existió. En la historia se la recuerda como la fundadora de una ciudad. Sin embargo, en el texto de Litjmaer aparece como alguien que lucha por ser ella misma y no lo que la gente espera que sea. Durante centurias, se ha relegado a la mujer a una nota a pie de página en la Historia. Así ha sido en lo público y en lo privado. Es por ello que cuando alguna de ellas se sale del guion preestablecido, se la trata con recelo. Las grandes empresas, las ideas o el razonamiento profundo casi siempre ha brillado en clave masculina. Ese ha sido el relato predominante hasta hace unas décadas. Y sin embargo, la realidad es otra.
MUJERES
Desde tiempos pretéritos, ha habido grandes mentes femeninas. Aún hoy las estamos redescubriendo. Lo mismo ocurre a pequeña escala. Curanderas, madres, abuelas, monjas o profesoras han dejado su pequeña huella en una comunidad. Al ficcionalizar la persona real de Deborah Moody, se puede optar por enfocarse en lo pequeño o en lo grande. Lijtmaer opta por lo primero sin obviar lo segundo. A través de una mirada retrospectiva desde la ultratumba, la fundadora de ciudades repasa decisiones que tomó en su vida en el ámbito personal. La incomprensión de un entorno hostil la lleva al Nuevo Mundo. La tierra de las oportunidades. Como compañía inseparable, se lleva consigo las decepciones, los sueños y las dudas de toda una vida.
MUDANZAS
En los viajes cargamos con equipaje de todo tipo. Conservarlo o desprendernos de él depende de la persona que somos en el destino. En la otra cara de la novela se nos presenta una joven sin nombre que deja Barcelona para trasladarse a Madrid. Renuncia a las raíces que la conectan con la Ciudad Condal. En la capital española se sumerge en el trabajo. Se despoja de socializar, disfrutar de la vida y cuidarse. A lo largo de una serie de analepsis se desgrana el motivo de su partida. La razón por la que esconde su corazón. De esta forma nos cuenta su historia a través de dos ciudades. La mudanza de una localidad a otra supone cambios. Lo que se haga con ellos depende de la persona. En qué nos convertimos después, también. Dentro de esta transformación, el espacio que habitamos nos condiciona. No crecemos igual en una tierra nutrida de recuerdos que en otra carente de ellos.
EL HOGAR
La obra incorpora un tercer protagonista. El espacio. El terreno por el que transitan los personajes puede ser acogedor, inhóspito, desconocido o cálido. Puede ser todo esto junto y más. La interacción entre las personas y el lugar que habitan alimenta o desnutre. Cuando llevamos varios años viviendo en un lugar, grabamos en la memoria calles, parques y establecimientos. Este conjunto de recuerdos del trazado urbano conforma nuestro hogar. A pesar de sus imperfecciones, nos reconfortan las zonas familiares. Al mismo tiempo, el traslado a una nueva ubicación puede ser el lienzo de nuevas historias o el hábitat de la monotonía insulsa. Todo depende de cómo nos relacionemos con el entorno. Dado que en la obra suceden viajes, el destino de estos determina cómo se sienten las protagonistas.
En definitiva, Cauterio, es la crónica de dos mujeres que se trasladan a otra tierra para empezar de nuevo. A través del viaje intentan hallarse a ellas mismas. Aunque ambas vivan en épocas distintas, anhelan ser libres. Ser.